La vulnerabilidad de México

· 428 palabras · Lectura de 3 minutos

No fue el neoliberalismo el que entregó el país a los Estados Unidos: fue el populismo de la Cuarta Transformación. Aquel célebre “¡Al diablo con sus instituciones!” del entonces candidato López Obrador se ha traducido, ya en el poder, en una incapacidad institucional para enfrentar la presión del gobierno estadounidense. Pero tampoco hace falta que Washington promueva un cambio de régimen en México —al menos no intencionalmente—: ¿para qué, si ya los tienen comiendo de su mano?

Estados Unidos ha sembrado el terror entre los funcionarios morenistas. La lista “inexistente” de los 300 cada vez parece más real. El caso más reciente: Julio César Chávez, arrestado por ICE tras ser encontrado en situación irregular en territorio estadounidense. Y, de paso, convenientemente, se recordó al gobierno mexicano que sobre él pesaba una orden de aprehensión. El miedo se traduce en control.

De acuerdo con diversas fuentes, lo que más desvela a los líderes de la Cuarta Transformación es el acuerdo al que llegó Ovidio Guzmán con la Fiscalía estadounidense para declararse culpable de varios cargos. ¿Qué tan relevante será su cooperación como para que el gobierno de EE.UU. haya aceptado en su territorio, bajo la figura del parole, a 17 miembros de su familia?

La presidenta Claudia Sheinbaum ya ha intentado curarse en salud: advirtió que cualquier acusación proveniente del vecino del norte deberá venir acompañada de pruebas. Pero, ¿qué estaría dispuesta a hacer para evitar la detención de su predecesor, López Obrador? Por eso siguen comiendo de la mano de los estadounidenses.

Lo ocurrido el 4 de julio de 2025 en la colonia Condesa no fue más que una amenaza velada contra Estados Unidos. Bajo el pretexto de protestar contra la gentrificación, se organizó una marcha dirigida específicamente contra los estadounidenses que habitan la zona. Los manifestantes los culparon del incremento en alquileres y precios. En realidad, es el mercado el que ha regulado la demanda: ninguno de los inconformes estaba en condiciones reales de vivir allí, y ningún propietario le rentaría a un vándalo. La protesta fue violenta: varios negocios fueron destruidos. Detrás de ella, se nota claramente la mano de Morena que mece la cuna.

México tiene mucho más que perder en esta confrontación con los Estados Unidos. Ya hay una guerra psicológica que mantiene aterrados a los gobernantes. ¿Quién será el próximo señalado por Washington? ¿A quién le retirarán la visa por el caso de los médicos cubanos, como ocurrió en Centroamérica? ¿Seguirá el gobierno mexicano regalándole petróleo a Cuba? ¿Hasta dónde está dispuesto a llegar para mantener su alianza con Nicaragua, Venezuela y Cuba?