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De die in diem

La persona más inteligente

Mario Vargas Llosa en su obra Historia de un deicidio cuenta que Gabriel García Márquez cantaba de niño una canción sobre Mambrú que se fue a la guerra. Cuando le preguntó a la abuela quién era ese tal Mambrú, la abuela que no tenía la menor idea le dijo que era uno que se había ido a la guerra con su abuelo. Cuando García Márquez se dio cuenta que no era otro más que el Duque de Malborough, prefirió la versión de la abuela. A mi me habían dicho que la doctora Moreno tenía siete doctorados, desde teología hasta química. Que en alguna ocasión le había dicho a un Arzobispo u Obispo que no rebuznaba porque no daba el tono. Después de buscar información en internet, descubrí que la doctora María de los Ángeles Moreno Enríquez no tenía siete sino tres doctorados. La conocí cuando mi profesor de Historia de las Relaciones Internacionales, Raúl Figueroa, nos llevó a una plática sobre historia del arte en su casa por los rumbos de la colonia San Rafael. De acuerdo con un perfil elaborado por Guadalupe Avilés Moreno, la doctora Moreno estudió en la Escuela Nacional de Ciencias Químicas. En México obtuvo doctorados en Letras e Historia. En la Universidad de Carolina del Norte estudió una Maestría en Artes (Literatura y Antropología) y en la Universidad de Columbia realizó un doctorado en Historia del Arte. Y en Francia obtuvo la certificación agrégés para convertirse en profesor de liceos o universidades. El perfil indica que la doctora Moreno se encontraba jubilada desde 1985 e impartía conferencias y charlas informales en su casa sobre historia, arquitectura, literatura o arte. Antes de conocer a la doctora Moreno, Bustos-sensei era la persona con más doctorados que conocía. Nazario Bustos García me dio clases de japonés en 1989 y tenía dos doctorados, uno en psiquiatría y otro en educación, por la Universidad de Tsukuba, en Japón. En el ITAM, José Francisco Fernández Santillán tenía dos doctorados; uno en historia de las ideas políticas, por la Universidad de Turín, y otro en Ciencia Política por la UNAM.

Andrés Manuel, el dogmático.

Andrés Manuel López Obrador se autodefine como liberal, como se definían los liberales del siglo XIX en oposición a los conservadores. Reyes Heroles decía que los priistas del presidencialismo mexicano se sentían herederos de los liberales del siglo XIX y enaltecían al indígena muerto, con el que se identificaban, la raza de bronce, a la vez que pisoteaban y discriminaban al indígena vivo. A leer “La llamada de la Tribu” de Mario Vargas Llosa, me doy cuenta de que Andrés Manuel no es liberal, sino marxista. Dice Vargas Llosa que “el liberalismo es una doctrina que no tiene respuestas para todo, como pretende el marxismo, y admite en su seno la divergencia y la crítica, a partir de un cuerpo pequeño pero inequívoco de convicciones”. Ante la metedura de pata que fue cancelar el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), Andrés Manuel dijo que había corrupción en los contratos. Siempre la respuesta correcta es la corrupción. Que si amanece nublado, la respuesta es la corrupción de la mafia del poder. De acuerdo con el Diccionario de la Lengua Española, dogmatismo es la presunción de quienes quieren que su doctrina o aseveraciones sean tenidas por verdades inconcusas. De nueva cuenta cito a Vargas Llosa, para quien el liberalismo no es dogmático. El liberalismo “sabe que la realidad es compleja y que a menudo las ideas y los programas políticos deben adaptarse a ella si quieren tener éxito, en vez de intentar sujetarla dentro de esquemas rígidos, lo que suele hacerlos fracasar y desencadena la violencia política”. No son nada buenos los augurios con un Presidente dogmático que se siente poseedor de la verdad. No se equivocaron quienes sostenían que López Obrador era un peligro para México; aún antes de protestar el cargo ya logró la caída de la bolsa, la depreciación del peso, la pérdida de calificaciones crediticias para el país y la pérdida de 131 mil millones de pesos en minusvalía de los ahorros de los trabajadores.

La llamada de la Tribu

El 3 de abril de 2018 escribí una entrada al blog denominada “La tribu bajo ataque” en la que hacía referencia a los ataques lanzados por Andrés Manuel López Obrador contra los itamitas, y de cómo había escuchado a Antonio Diez Quesada decir que “ITAMitas, somos los únicos que nos autonombramos como tribús.” Esto fue hasta que el término tribu adquiriera una connotación negativa por el libro “La llamada de la Tribu” de Mario Vargas Llosa. El libro representa la biografía intelectual del escritor Mario Vargas Llosa. Cuando Vargas Llosa cita a Hayek, dice que los órdenes espontáneos como el lenguaje, la propiedad privada, la moneda, el comercio y el mercado surgieron para superar la vida de las cavernas y de la tribu. A la vez, cuando Vargas Llosa cita a Ortega y Gasset, equipara a la tribu con la masa.

La semilla de la destrucción

Norberto Bobbio dijo que la democracia lleva en sí misma la semilla de su destrucción, los nazis, por ejemplo, llegaron al poder a través de las urnas. Mario Vargas Llosa, en su obra La llamada de la tribu, cita a Jean-Francois Revel quien, en el contexto de la guerra fría, tiene un argumento parecido al de Bobbio. En el diagnóstico que hacía Revel, la URSS iba ganando la guerra a Occidente, pues se aprovechaba de las libertades que en estas democracias existía para atacarlas.

El error de octubre

Andrés Manuel López Obrador (AMLO), presidente electo de México, canceló el proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM). A pesar de que Citibanamex publicara un informe titulado “Nuevo Aeropuerto en CDMX: en vísperas del error de octubre” en el que advertía de los efectos que en el corto y el mediano tendría la cancelación del proyecto; pérdida del capital invertido (120 mil millones de pesos) y pérdida de confianza en la nueva administración que “tomará decisiones públicas de forma discrecional y populista”.

La democracia puede morir

Anne Applebaum, en un artículo publicado en The Athlantic y que se titula “A Warning From Europe: The Worst Is Yet to Come”, sostiene la tesis de que dadas las condiciones adecuadas, cualquier sociedad puede volverse en contra de la democracia. Applebaum compara la profunda división de la sociedad polaca actual con la que aconteció en Francia con el caso Dreyfus. Lo mismo se puede decir que ocurre en México con los detractores y los seguidores del peje. Applebaum afirma que la monarquía, la tiranía, la oligarquía y la democracia eran conceptos familiares para Aristóteles hace más de 2000 años, pero Aristóteles no conoció el Estado de un partido político que rige en China, Venezuela y Zimbabue, que fue creado en Rusia en 1917 por Lenin.

El hombre singular

Rob Riemen, en la obra Para combatir esta era: Consideraciones urgentes sobre el fascismo y el humanismo, critica la creencia de que la tecnología va a resolver todos nuestros problemas. “Después de perder nuestra fe en Dios, empezamos a creer en el progreso, porque el futuro resolvería todos nuestros problemas.” De acuerdo con Riemen, la ciencia y la tecnología no pueden enseñarnos nada sobre ética y valores. Para la ciencia, sólo existe la verdad, pero la verdad de la que habla Riemen es una verdad más alta. Por lo que concluye que la ciencia nos oculta esa verdad.

La rebelión de las masas

El candidato a la Presidencia de la República por parte del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), Andrés Manuel López Obrador, ha prometido eliminar el examen de admisión a universidades públicas. De acuerdo con Rob Riemen en su obra Para combatir esta era: consideraciones urgente sobre el fascismo y el humanismo esta idea se basa en una desviación de la igualdad en la que cualquiera pueda tenerlo todo y lo que otra persona tenga, la otra lo tenga también. Si bien hay una idea de igualdad del socialismo ascendente que postula la justicia social, la igualdad de oportunidades y el derecho universal al voto, estos ideales tienen como fundamento valores absolutos y al perderse estos por el nihilismo y el auge del hombre-masa, los valores se pervierten. La cultura que promueve López Obrador no es una cultura de excelencia, sino una cultura hacia lo más bajo, donde se encuentra el denominador común de la población. Por ello se desploman los niveles de la educación, para que todos puedan estudiar y graduarse. Lo mismo ocurre con el arte, este debe poder entenderse. Surge un rencor hacia todo lo difícil, esto deviene elitista, por lo tanto, antidemocrático. Lo contrario, lo fácil, no es elitista y resulta democrático. El autor cita al crítico de la cultura neerlandés Menno ter Braak, para quien en esta sociedad nihilista la política resulta materia de los agitadores que sólo buscan la preservación y ampliación de su poder. A mediados de la década de los treintas del siglo pasado, Ter Braak cuestionó un movimiento que sólo se aprovechaba del resentimiento social en Europa. Este movimiento se centraba en la agresión y en el enojo, no tenía ideas propias y no buscaba resolver los problemas sociales. La injusticia era necesaria para mantener el ambiente de vilipendio y odio. En aquellos tiempos el centro de ataque era el judío, ahora es la mafia del poder o la minoría rapaz que hace negocios a la sombra del poder. Este movimiento se consideraba la víctima eterna de la izquierda y de las élites, era anti intelectual y atacaba todo aquello que fuera diferente.

Psicopolítica digital

El 6 de septiembre de 2017 Alexander Nix se presentó en el KIO Kloud Camp. Los asistentes estábamos inconformes con la presencia del CEO de Cambridge Analytica que había ayudado a ganar a Trump la presidencia de los EEUU. Después de su exposición quedamos boquiabiertos. Cambridge Analytica había desarrollado un modelo que con base en ciertos rasgos de la personalidad era capaz de persuadir a personas con los mismos datos demográficos con anuncios diferenciados según el rasgo de la personalidad. Si una persona es más analítica, se le enviarían los datos técnicos de un vehículo y si otra persona es más intrépida se le enviará un anuncio de un automóvil a toda velocidad en una autopista. La sofisticación de su modelo era tal que podían enviar distintos anuncios de televisión por cable a vecinos de la misma área geográfica. Para ejemplificar de qué manera se podría utilizar el modelo en una campaña política, supóngase que una persona tiene aracnofobia (asco o fobia irracional a las arañas), a esta persona se le enviaría una fotografía alterada de una araña con la cara de López Obrador y las noticias sobre el amor que el peje siente por las arañas (sin ánimo de ofender a su señora esposa) o las noticias sobre sus supuestas intenciones por abrir un instituto de investigación sobre las arañas. El miedo irracional que esta persona siente por las arañas la haría repeler inmediatamente la idea de votar por López Obrador. De acuerdo con el filósofo sudcoreano Byung Chul Han, la humanidad se dirige hacia la psicopolítica digital en la que el poder interviene en los procesos psicológicos inconscientes. La psicopolítica digital es más eficiente que la biopolítica, pues no controla, vigila o mueve a los hombres desde fuera, sino desde adentro. El panóptico digital, la presencia de cámaras de vigilancia en todo lugar y momento, no es la sociedad biopolítica disciplinaria, sino la psicopolítica que gracias a esta vigilancia es capaz de leer pensamientos y de controlarlos. En la época del Big Data (grandes datos) ya no sirve de nada la taxonomía, la ontología o la psicología. El análisis de los grandes datos no sólo permite conocer los modelos de conducta, sino predecirlos. Si Ricardo Anaya, quien da pláticas en el formato de las conferencias TED, hubiera aprovechado la minería de datos seguramente estaría arriba en las preferencias electorales, pero también es posible que no exista tanta información de los votantes mexicanos como la hay de los estadounidenses. La manipulación del Big Data supone el fin de la democracia, si se logra moldear el comportamiento de los electores se acaba con la libertad de elección.

El hombre-masa

Rob Riemen en la obra Consideraciones urgentes sobre el fascismo y el humanismo para combatir esta era desarrolla un argumento convincente: “El uso del término populista es tan sólo una forma más de cultivar la negación de que el fantasma del fascismo amenaza nuevamente nuestras sociedades y negar el hecho de que las democracias liberales se han convertido en su contrario: democracias de masas privadas de su espíritu democrático.” Lo que se oculta detrás del populismo es el fascismo. De acuerdo con el autor, la razón por la que el fascismo puede regresar tan fácilmente en las democracias de masas es la ignorancia. A pesar de todos lo avances tecnológicos, del acceso a la información y la impartición de una mejor educación, la fuerza dominante en la sociedad es la estupidez humana.