
De die in diem
La FIREL o Firma Electrónica Certificada del Poder Judicial de la Federación viola el principio de neutralidad tecnológica, entendido éste como “la libertad de los individuos y las organizaciones de elegir la tecnología más apropiada y adecuada a sus necesidades y requerimientos para el desarrollo, adquisición, utilización o comercialización, sin dependencias de conocimiento implicadas como la información o los datos” (Wikipedia).
Esto quiere decir que el Poder Judicial de la Federación en México atenta contra los derechos de los justiciables (las personas física que solicitan la expedición de un certificado digital de la FIREL) y habría que agregar que el PJF está en contravención de la Declaración del Milenio que México firmó en el contexto de la Cumbre del Milenio en septiembre de 2000.
Las palabras de Zygmunt Bauman de la entrada anterior al blog me recordaron lo dicho por Michel Houellebecq en su obra Plataforma:
Seguiré siendo hasta el final un hijo de Europa, de la angustia y de la vergüenza; no tengo ningún mensaje de esperanza. No odio occidente, todo lo más lo desprecio con toda mi alma. Sólo sé que, tal como somos, apestamos a egoísmo, masoquismo y muerte. Hemos creado un sistema en el cual ya no se puede vivir; y lo que es más, seguimos exportándolo.
Estoy un poco desconcertado con las noticias que involucran a la educación y a las perspectivas de un futuro mejor. Un reporte de Bloomberg que hace eco de otro reporte del Banco Mundial, asegura que los jóvenes entre 15 y 29 años tendrán el doble de posibilidades de ser desempleados como adultos. El mundo debe crear 600 millones de empleos en los próximos 10 años o, lo que es lo mismo, 5 millones de empleos al mes, sólo para prevenir que la situación sea peor.
Con el estreno de 2001: A Space Odyssey de Stanley Kubrick en 1968 surgió una verdadera paranoia a las computadoras. La culpa se le atribuyó a HAL 9000, la malvada computadora que con cierto éxito se deshace de algunos miembros de la misión a Júpiter.
Con el tiempo los hombres se olvidaron de las advertencias de Stanley Kubrick y pensaron que las computadoras eran en realidad calculadoras estúpidas que sólo podían sumar y nunca lograrían la inteligencia de una persona.
El artículo 339. 1 de la LGIPE establece:
1. A más tardar el 31 de diciembre del año anterior al de la elección, el Consejo General del Instituto, o en su caso, en coordinación con el Organismo Público Local que corresponda, aprobarán el formato de boleta electoral impresa, boleta electoral electrónica, que será utilizada por los ciudadanos residentes en el extranjero para la elección de que se trate, así como el instructivo para su uso, las herramientas y materiales que se requieran para el ejercicio del voto electrónico, los formatos de las actas para escrutinio y cómputo y los demás documentos y materiales electorales.
La semana pasada tuve una discusión con un joven panista que promovía un artículo publicado en Nexos por Germán Martínez. El artículo concluía con una recomendación: “El PAN necesita enmendar sus pasos por la senda liberal…”, le pregunté si estaba dispuesto a ser consecuente con el principio enunciado por John Stuart Mill por el que “Sobre sí mismo, sobre su cuerpo y sobre su mente, el individuo es soberano.” Y como que este amigo es anti-aborto, la respuesta fue negativa (en su defensa podría haber dicho que en vida John Stuart Mill tampoco fue consecuente, a pesar de los vehementes reclamos de su hija). ¿Cuál es el liberalismo al que se refieren los panistas? Al liberalismo económico, o como alguna vez definió Norberto Bobbio al neoliberalismo; libertad económica sin libertad política (o ideológica). En el texto “Mi trayectoria intelectual”, Isaiah Berlin retoma su concepto de la libertad negativa para aclarar:
En la obra Estado, gobierno y sociedad, Norberto Bobbio comenta que la democracia contiene la semilla de su destrucción, ya que por medio de las votaciones se puede llevar al poder a líderes que acaben con ella. En la obra Sumisión, Michel Houellebecq hace un ejercicio de lo fácil que sería convertir a Francia en una república islámica por medio de las urnas. En su obra, los Hermanos Musulmanes, confrontados con la extrema derecha, se hacen del poder sin que la izquierda pueda oponer resistencia. Lo más interesante de las obras de Houellebecq es la facilidad para retratar el vacío de la época:
El Presidente de la República ha tenido suficientes oportunidades para atajar un problema que aqueja a su administración y por alguna razón no lo ha hecho. Si bien es cierto que no se puede juzgar al Presidente -el párrafo segundo del artículo 108 de la Constitución federal establece que durante su encargo sólo podrá ser acusado por traición a la patria y delitos graves del orden común-, el titular del Ejecutivo bien podría cesar a algunos de sus subordinados que se han visto envueltos en escándalos de corrupción. ¿Por qué no llamó a cuentas al Secretario de Hacienda por la compra de la casa de Malinalco a Grupo Higa? ¿Por qué no solicitó la renuncia de Alejandro Murat por el escándalo de las propiedades en Nueva York? ¿Por qué no acepta la renuncia de David Korenfeld por el uso indebido del helicóptero de la CONAGUA? En todos estos casos el Presidente de la República ha actuado como dique y ha soportado el desgaste y el descrédito de los escándalos por corrupción. El Presidente podría darle cause a todas las denuncias y ello seguramente resquebrajaría alianzas, acuerdos y pactos sobreentendidos que no tienen otro fundamento que la complicidad. Como Roberto Calasso y Rene Girard afirman en sus obras; nada une tanto como la culpa. En la teoría de juegos se le conoce como “el dilema del prisionero”; si ninguno de los acusados inculpa al otro, los dos pueden salir libres. En un texto publicado por la revista Nexos y titulado “¿Por qué más democracia significa más corrupción?“, Luis Carlos Ugalde explica cómo más democracia no conduce necesariamente a menos corrupción. En teoría, la competencia política disminuye la corrupción. Los adversarios se vigilan y acusan de los escándalos de corrupción. Resulta paradójico que la campaña política del PAN en la que acusa al PRI de corrupción, sea respondida con otras acusaciones sobre el sistema de “moches” que el PAN desarrolló en el Congreso. Para Ugalde, en otros países de la OCDE se habían desarrollado burocracias profesionales y sistemas legales que castigaban el abuso del poder aún antes de la llegada del pluralismo. En nuestro caso, el pluralismo aumentó la corrupción. El mecanismo de rendición de cuentas que recae en el Congreso se corrompió y aunado al débil Estado de derecho se desató una parranda sin control. En Morelos, el Congreso ordenó una auditoría especial al crédito por 2,806 millones de pesos. Cuando el auditor Luis Manuel González Velázquez detectó desvíos por 1,800 millones de pesos, el Congreso reformó los artículos 32, 40, 84 y 136 de la Constitución Política del Estado de Morelos y desapareció la Auditoría Superior de Fiscalización dando paso a la creación de la Entidad Superior de Auditoría y Fiscalización del Congreso de Morelos. El gobernador del Estado sólo requirió del voto de otros dos diputados del PRI para salirse con la suya. No se sabe a ciencia cierta a qué maña recurrió el gobernador para comprar estas frágiles conciencias, pero para quien fuera coordinador de la bancada del PRI en el Congreso, la candidatura a presidente municipal de Jiutepec por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) estuvo de por medio. Según Luis Carlos Ugalde, los Congresos son parte del engranaje de la corrupción y no su contrapeso. Los poderes legislativos son los vigilantes de que el poder judicial y el ejecutivo funcionen, si se atrofia este mecanismo todo lo demás no funciona. En The Federalist Papers, Hamilton, Jay y Madison lo expusieron así: “Concentrar (…) todos los poderes, legislativo, ejecutivo y judicial en las mismas manos, sean éstas las de muchos, pocos o uno (…) puede con mucha razón ser definido como la verdadera dictadura”.
Los que en los años ochentas del siglo pasado tuvimos que lidiar con el cadenero del antro sabemos que la discriminación está mal. La solución de mercado hubiera sido aumentar la capacidad del local hasta maximizar los beneficios o aumentar el precio para enfrentar la creciente demanda. Una solución justa sería permitir entrar a los que lleguen primero hasta que se sature el local e ir controlando el acceso conforme se va vaciando, es lo que los norteamericanos denominan First-come, first-served (Primero en llegar, primero en ser atendido). Pero en México estos establecimientos hacían de la discriminación su negocio y eso estaba mal, hasta que se tipificó la discriminación como delito. Esta nota del diario The Atlantic da cuenta de que en el estado de Indiana, en los Estados Unidos de América, el gobernador Mike Pence promulgó la Indiana Religious Freedom Restoration Act que copia en todo la legislación federal salvo en dos cláusulas. En la primera, le reconoce el derecho a las personas colectivas (personas morales, en la legislación mexicana) el libre ejercicio de la religión. En México, después de la reforma constitucional del 10 de junio de 2011, la Suprema Corte de Justicia de la Nación discutió si las personas morales (colectivas) tenían derechos humanos (a pesar de ser una ficción jurídica). Y decidió que sí. La legislación de Indiana otorga a las empresas el mismo estatus con el que cuentan los individuos y las iglesias. En el caso Burwell v. Hobby Lobby Stores, con fundamento en este tipo de legislación, se determinó que las empresas pueden no otorgar cobertura de gastos médicos a las medidas anticonceptivas o al aborto, excusándose en sus creencias religiosas. Aquí surge la pregunta sobre si las personas colectivas son iguales a las personas individuales. En la obra Ocho lecciones sobre ética y derecho, Carlos Nino explica la concepción holística del colectivismo:
Imagínese que se gana la lotería. Mejor aún, que gana la candidatura a gobernador del Estado de Morelos por el Partido de la Revolución Democrática. Compitió contra el eterno candidato que, a pesar de tener tantos años en política, es chamaqueado con una encuesta que nadie vio pero que afirma que usted salió vencedor. El cúmulo de votos del candidato de la coalición de las izquierdas a la Presidencia de la República le da el triunfo y usted se dedica a robar al por mayor. Nada de que lo anden expulsando del PRI de Tabasco por robarse las cuotas de las juventudes partidistas. Ha llegado su momento y piensa llenarse los bolsillos a reventar. El Congreso del Estado le ha autorizado un endeudamiento por $4,184,933,348.86, casi el doble de la deuda histórica de los ayuntamientos y del Estado, de los cuales puede gastar a su antojo $2,806,348,000.00 Se le ocurre reconstruir el estadio “Agustín Coruco Díaz”, al que le asigna 400 millones de pesos pero le sale en más de 800 millones de pesos por inflar tanto los precios. Ya está construyendo el estadio, pero no tiene equipo de fútbol. Así que, sin saber nada del deporte, decide adquirir la franquicia del Irapuato, que además trae problemas de descenso en su división. Termina de construir el estadio y su equipo acaba de descender de división. Entonces decide comprar, a través de sus testaferros, otro equipo de fútbol. ¿Cuánto cuesta eso? ¿Cinco o seis millones de dólares? El pueblo requiere pan y circo, ya ha tenido suficiente PAN, hay que darle circo. Total, hay dinero de sobra. ¿Qué hace falta dinero para la nómina de los maestros? Aquí hay más dinero. De pronto, en la danza de los millones, le faltan algunos por desaparecer. A alguien de su equipo se le ocurre la idea de volver a pagar deudas saldadas. Le da un porcentaje a los proveedores por la molestia, y desaparece el resto. Brillante idea. Pero en la vorágine de la fiesta, usted no se ha dado cuenta de la cantidad de veces que ha violado la ley. Al fin y al cabo, para eso es usted la autoridad política del lugar, faltaba más. Pero, como siempre, hay un grupo de ciudadanos que, a pesar de las consecuencias, deciden confrontarlo. Reclamarle la deuda, exigir cuentas claras. ¿Quiénes son ellos para exigirle cuentas si usted tardó más de 20 años en hacerse de ese botín? No puede reprimirlos porque eso le costó el puesto al gobernador de la entidad vecina. Ya le fueron a denunciar a la Procuraduría General de la República y, además, éstos desalmados pretenden presionar a la Auditoría Superior de la Federación para que ejerza sus nuevas facultades y le revisen las cuentas. ¿Qué hacer? Interesante caso de estudio que sería trágico si fuera cierto. Afortunadamente, es pura ficción. Usted vive en Gracolandia donde reina la paz y la tranquilidad.