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De die in diem

La voluntad de poder

Antier se conmemoró otro año del natalicio de Nietzsche. Por tal motivo la revista Nexos promocionó algunos textos que han sido publicados en sus páginas. En el texto “Nietzsche: Los últimos días” de José Carlos Castañeda, el autor dice que la noción de voluntad de poder es frecuentemente malinterpretada y confundida con la voluntad de dominio. Querer algo presupone que tengo una representación de lo que deseo. Pero esta acepción está intelectualizada; reduce la idea de voluntad a la imagen de un combustible que se necesita cuando ya hemos hecho planes. (…) Se trata de un impulso insaciable, insondable, ininteligible, que carece de fin y de sentido, ciego e inagotable. En esencia, la voluntad sólo consiste en la repetición del apetecer. Desea desear. No elige objetos ni tiene capacidad de deliberar. Nunca se guía por una razón o una finalidad.

La violencia y la muerte

Este comentario fue retirado de la entrada anterior al blog para no trivializar un asunto tan grave, pero parece pertinente comentarlo en una entrada a parte. René Girard, en su obra La violencia y lo sagrado, habla del papel que juegan los dioses en la síntesis entre lo bueno y lo malo: Existe un dios azteca, Xipe-Totec, cuyo culto deja especialmente manifiesto esta aptitud de la encarnación sagrada para ocupar todas las posiciones en el seno del sistema. A veces el dios se hace matar y desollar bajo las apariencias de la víctima que le sustituye, otras, al contrario, este mismo dios se encarna en el sacrificador; él es quien desuella a las víctimas para revestirse con su piel, para convertirse, en cierto modo, en ellas, y esto muestra claramente que el pensamiento religioso concibe a todos los participantes del juego de la violencia, tanto los activos como los pasivos, como dobles entre sí.

#JusticiaParaAyotzinapa

En Ayotzinapa, Guerrero, se encuentra la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos, célebre por haber formado a Lucio Cabañas Barrientos y Genaro Vázquez Rojas, dos líderes guerrilleros en la década de los sesenta que fueron víctimas de la guerra sucia en México. Por el blog de Elia Casillas nos enteramos que el 26 de septiembre de 2014, los estudiantes del primer año de la normal decidieron recolectar fondos para financiar su participación en la marcha que paradójicamente conmemora la matanza de estudiantes del 2 de octubre de 1968. Para su mala suerte ese día la esposa del Presidente Municipal rendía su informe de labores al frente del DIF y el evento era resguardado por la policía municipal, estatal y federal. Una nota periodística señala que la esposa del Presidente Municipal es hermana de dos famosos narcotraficantes. Esa misma nota dice que el cuñado del Presidente Municipal pagaba a éste hasta dos millones de pesos al mes por controlar a la policía municipal. Por lo que se puede aseverar que la causa de la muerte de los normalistas fue la corrupción. Abel Barrera, Director del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, en un artículo de opinión de lasillarota.com describió lo acontecido de la siguiente manera:

El cuarto poder

En Japón, la burocracia es un poder y se le considera el cuarto poder. Ese modelo de eficiencia ideado por Max Weber, se transformó en algo negativo; el burócrata hace las cosas con desdén. Y el burocratismo se define como la influencia excesiva de los burócratas. En la última reforma política se modificó la Constitución federal para otorgarle al Instituto Nacional Electoral (INE) la facultad de designar a las consejeras y los consejeros presidentes y las consejeras y los consejeros electorales de los Organismos Públicos Locales (OPLES). El artículo 41, inciso V, apartado C, último párrafo establece:

El proceso de selección de consejeros electorales

Carl Schmitt estableció el criterio de lo político en la relación amigo-enemigo. Así como lo bueno y lo malo definen la moral; lo bello y lo feo, la estética, la distinción entre el amigo y el enemigo define lo político. Como algunos lectores sabrán, participé en el proceso de selección de consejeros electorales al OPL de mi entidad. Al llegar a la etapa final de la entrevista en el proceso de selección, me di cuenta que los otros dos aspirantes en mi grupo de entrevistas eran amigos del Consejo General. La familiaridad con la que los recibieron era un signo inequívoco de que pertenecían a la pequeña familia electoral. Y si bien yo no entraba en la categoría de enemigo (aunque tempranamente impugné el proceso) por lo menos era un elemento extraño al INE. Algo así como un virus al que hay que eliminar. Pero ese no es el tema a discutir, sino el de la observancia de la Convocatoria en dicho proceso de selección. Eleael Acevedo, actual consejero electoral del moribundo Instituto Estatal Electoral, ha notado que la designada consejera presidenta al OPL de Morelos; Ana Isabel León Trueba, fue representante general del Partido del Trabajo en la pasado proceso electoral. En este enlace a un archivo del extinto IFE se puede verificar que así fue. Y la Convocatoria claramente establece el requisito de no desempeñar o haber desempeñado cargo de dirección nacional, estatal o municipal en algún partido político en los cuatro años anteriores a la designación. La primera pregunta que surge es si el representante general de un partido político es un cargo. Y la respuesta es afirmativa, pues recibe un nombramiento como se puede observar en este formato. Si se impugnara la designación, la Sala Superior del TEPJF podría alegar que en estricto sentido no es un cargo de dirección pues si nos atenemos a la estructura del partido político, este puede constar de un presidente, secretario general, secretario de organización,etcétera. Y podría llegar a la conclusión de que el de representante general no sea un cargo de dirección. Pero la lógica nos dice que si representó a un partido político en el pasado proceso electoral no puede ocupar el cargo de consejera presidente. ¿Por qué? Pues porque se viola el principio de imparcialidad y si esto fuera una elección (que de cierta manera lo es) se configuraría la causal abstracta de nulidad de la elección.

El megalómano

La obra La conquista de la felicidad de Bertrand Russell parecería un libro de autoayuda o de superación personal si no fuera porque como su contraportada lo dice; contiene un proyecto de raigambre estoica que incluye una reflexión sobre el ser humano y su posición en el mundo. Para Russell las causas por las que un individuo puede ser infeliz se encuentran en el sistema social o en la psicología individual. El autor descubre que entre las clases más importantes de absorción en sí mismo se encuentra la del megalómano. En un comentario anterior al blog había especulado que el gobernador de Morelos era megalómano por una falta de autoestima, lo que no deja de ser un lugar común. En opinión de Russell el megalómano, a diferencia del narcisista, prefiere ser poderoso antes que encantador, y aunque el poder es un elemento de vanidad: “sólo se convierte en deplorable cuando es excesivo o va unido a un sentido de la realidad insuficiente”. En el caso comentado, no podría decir en qué hipótesis encaja nuestro gobernante, pero sí puedo afirmar que en cuanto al resultado cae en ambas. Así lo determina Russell: “Cuando esto ocurre, el hombre se vuelve desdichado o estúpido, o ambas cosas”.

Arbitraje electoral

En el texto “Fortalecimiento del arbitraje electoral y la competencia política” Leonardo Valdés Zurita reflexiona sobre las facultades de arbitraje del extinto IFE a partir de la reforma electoral del 2007-2008. El autor argumenta que las quejas “genéricas” deben desahogarse por la vía del Procedimiento Ordinario Sancionador (POS). Además se creó el Procedimiento Especial Sancionador (PES), para procesar denuncias por la comisión de conductas que afectan el desarrollo del proceso electoral.

La inmortalidad

En la obra La literatura y los hombres, Calasso se cuestiona si alguna vez los hombres alcanzaron la inmortalidad de los dioses. Y encuentra la evidencia en algún testimonio que sobrevivió hasta nuestros días.”Los Rbhu eran tres hermanos. Se llamaban Vaja, Rbhuksan, Vibhvan.” Calasso cita a Stella Kramrish, para quien los Rbhu eran “el arquetipo del artista”. Para el autor eran “excelsos artífices: carpinteros, herreros”. Todo lo cual era muy peculiar porque una vez alcanzada la inmortalidad, los dioses se habían mostrado siempre malévolos y pérfidos con los hombres. Ponían su mayor empeño en borrar las huellas de sus sacrificios sobre la tierra, para que los hombres no pudieran imitarlos.

Lecturas

Por las redes sociales circula un vídeo en el que se observa un enorme dispositivo de seguridad al rededor de una camioneta blanca blindada, con elementos de seguridad caminando a los costados de la camioneta y aunque van vestidos de civil, utilizan los nada discretos equipos de comunicación conocidos como “chicharitos” y gafas oscuras para que nadie dude que son guardaespaldas. La primera imagen que viene a la cabeza es la del papa-móvil. Por los cielos la sigue un helicóptero de la Comisión Estatal de Seguridad Pública. Aunque la gente que camina por la calle lo ignora, adentro de la camioneta se ve un personaje que se desvive en sonrisas y saludos, como si fuera la reina de la primavera, pero se trata de un nefasto personaje; el gobernador del Estado de Morelos. Este lamentable espectáculo nos permite hacer varias lecturas. La primera es que el megalómano tiene una imagen distorsionada de su propia importancia y requiere de tales despliegues de seguridad para suplir la falta de autoestima. Si el despliegue de seguridad fuera directamente proporcional a la importancia del personaje, Graco no necesitaría ni un policía de barrio. La segunda lectura que se puede hacer de tan ridículo acontecimiento es que el gobernador desea establecer los ritos que permitan a los habitantes sabed que los dioses del Olimpo se han dignado a convivir con los simples mortales evocando la boda de Cadmo y Harmonía. En la colonia, se recibía al Virrey con marchas triunfales y arcos conmemorativos de cartón y madera. El gobernador podría recurrir a formas más austeras de informarnos su presencia en lugar del dispendio de recursos para tal fin. La hora de helicóptero debe rondar los cincuenta mil pesos. Las finanzas del Estado se verían aliviadas si el gobernador recurriera al típico grito de “ya llegué” del naco que entra al cine cuando reina el silencio. La tercera lectura es que la inseguridad en Cuernavaca, en particular, y en el Estado en general, está mucho peor de lo imaginable. La situación que los administradores describen como el _worst case_o en palabras el vulgo: el más pior de los casos. Se trata de un tácito reconocimiento del fracaso de la política de seguridad pública, si es que al voluntarismo y a las ocurrencias se les pudiera llamar políticas públicas. La última lectura nos remite a la famosa fábula de “El rey desnudo”. El soberano compró un carísimo traje que sólo los estúpidos e incapaces de su cargo no pueden ver. Ninguno de sus subalternos es capaz de decirle al gobernador lo ridículo que se ve entre tanta faramalla. Mientras el ciudadano de a pie reconoce: “¡Pero si va desnudo!”

La opinión de Nietzsche sobre el FCE

En verano impartí un curso de regularización de la materia Filosofía del Derecho a un sólo alumno. Un día el alumno no pudo asistir a la clase, por consecuencia le pedí que comprara el libro de Carl Joachim Friedrich y que estudiara el capítulo correspondiente a la clase. Aunque era uno de esos libros que antes el Fondo de Cultura Económica (FCE) imprimía como tortillas, estaba agotado. Pensé que la actual generación de estudiantes está en una peor situación que mi generación; los pocos libros en papel se agotan y las editoriales no sacan nuevas ediciones ni los publican electrónicamente. ¿Quién va a publicar esos libros si no lo hace el FCE? La discusión en torno al FCE empezó cuando Jesús Silva-Herzog Márquez criticó a José Carreño Carlón por organizar un debate en su calidad de director del FCE al que es su jefe, el Presidente de la República. Leo Zuckermann se fue a meter entre las patas de los caballos al opinar, en su columna del periódico Excelsior, que no se justificaba la existencia del Fondo, que todo el dinero que se destinaba a ese fin sólo beneficiaba a los ricos quienes, paradójicamente, eran los que más leían. La barbarie liberal de Leo Zuckermann casi le provoca el patatús a Silva-Herzog Márquez y mereció airados comentarios, ríos de tinta. Es un hecho que desde el 25 de agosto de 1900 Friedrich Nietzsche está bien muerto, pero gracias a ese invento llamado libro, y que el FCE tiene por objeto publicar, podemos conocer la opinión de Nietzsche al respecto. Roberto Calasso, en su obra La literatura y los dioses, cita la obra El futuro de nuestras escuelas de Nietzsche y resume de esta manera su postura: