
De die in diem
No he leído lo suficiente a Rorty como para afirmar o negar lo que Daros menciona sobre él, pero si efectivamente sostiene la postura sobre la inexistencia de la moral individual, esta posición no es tan terrible como suena. De hecho, es compatible con el positivismo ético o normativo. Si no hay forma de conocer los postulados morales ya sea porque no están escritos en ninguna parte o porque cada quien sostiene una moral diferente, sólo queda la posibilidad de conocer las normas jurídicas que están por escrito y son públicas. Esta posibilidad está contemplada en el resumen que del positivismo ético José Juan Moreso hace en su obra Ethica more iuridico incorporata:
En la obra ETHICA MORE IURIDICO INCORPORATA, José Juan Moreso postula la tesis de la incorporación con relación al problema del derecho y la moral:
Cuando las fuentes del derecho (la Constitución, las leyes, los precedentes judiciales, por ejemplo) incluyen conceptos y consideraciones morales, lo que el derecho establece ha de ser identificado mediante el uso de la argumentación moral.
Para delimitar su tesis, Moreso utiliza argumentos modales entre los que distingue las relaciones necesarias, imposibles o contingentes. El autor concluye que hay una relación contingente entre la identificación del derecho y lo que el derecho hace depender de los argumentos morales.
En Filosofía y futuro, Rorty introduce una distinción entre lo público y lo privado. En primer lugar, hay que tomar en cuenta que Rorty es pragmático y califica a la filosofía por su utilidad social.
Es indudable que Habermas tiene razón en considerar que podemos prescindir de Nietzsche, Heidegger, Derrida y también (de la mayoría de las cosas) de Focault, si esperamos una ayuda de los llamados textos “filosóficos” en la realización de los ideales democráticos liberales.
Al leer el texto “Moralidad, el yo, y la sociedad social posmoderna según R. Rorty” de William R. Daros me daba la impresión de que no había una concepción moral en Rorty, aunque después el autor matizara: “Esto no significa, sin embargo, que no haya una moral social o justicia en la sociedad”. Y pensaba que una concepción moral de los derechos humanos iba bien con las ideas de Rorty. En el resumen que Daros hace de las ideas de Rorty explica:
En la obra Filosofía y futuro, Richard Rorty trata de delimitar cuál debe ser la función del filósofo en nuestra sociedad:
No nos queda más que cambiar el papel que los filósofos compartieron con los sacerdotes y los sabios y adoptar una función social que se parece más a la de un ingeniero o un abogado.
Tanto los sacerdotes como los sabios podían escoger sus temas, los filósofos contemporáneos, como los abogados o los ingenieros, “deben averiguar cuáles son las necesidades de los que les “encargan” su trabajo.” El autor critica la pretendida autonomía de la filosofía respecto a la política, la religión, la estética o la economía.
En el discurso “Sobre las fuentes de conocimiento y de la ignorancia” contenido en la obra Conjeturas y refutaciones: el desarrollo del conocimiento científico, Popper fundamenta la importancia para el liberalismo de poner las propias ideas a prueba:
Sucede que no sólo soy un empirista y un racionalista al mismo tiempo, sino también un liberal (en el sentido inglés de la palabra): pero justamente porque soy un liberal siento que pocas cosas son tan importantes para un liberal como someter las diversas teorías del liberalismo a un minucioso examen crítico.
En el curso “Elaboración de proyectos de investigación” hay unos textos con una jerigonza incomprensible. Así que acudí a la fuente y cuál fue mi sorpresa que Karl R. Popper se expresa con una claridad envidiable. En la querella entre el empirismo de Bacon, Locke, Berkeley, Hume y Mill, y el racionalismo de Descartes, Spinoza y Leibniz, Popper se declara partidario de ambas corrientes de pensamiento. En el libro Conjeturas y refutaciones: El desarrollo del conocimiento científico explica:
Lo que sucede en Michoacán debe ser motivo de preocupación nacional. El país ha transitado de la época de las bajas civiles consideradas como “daños colaterales” a la inmovilidad del ejército frente al intocable régimen de los derechos humanos. El ejército ha renunciado de facto a su facultad de garantizar la seguridad interior, y permanece como un espectador más de los combates entre las autodefensas y el grupo de la delincuencia organizada que se hace llamar “Los caballeros templarios”. -Lo infantil del nombre sería conmovedor, si no tuviera la extranjerizante influencia de los adolescentes estadounidenses que juegan a los caballeros y se inventan ritos que supuestamente tuvieron lugar en la edad media.- De antemano me disculpo por el uso excesivo de los adjetivos, pero adultos michoacanos jugando a los caballeros es más que ridículo, y que encima de sus calenturas juveniles anden amedrentando a la población es lamentable. En el centenario del ejército y fuerza aérea mexicana, el General Salvador Cienfuegos Zepeda solicitó al Congreso de la Unión un “un respaldo legal y jurídico claro para poder desarrollar sus labores” (Excelsior, “¿El general tiene quien lo escuche?”, 15/11/2013). En esta entrada al blog, se comentaba sobre Günter Jakobs y de cómo consideraba al derecho penal del enemigo como un régimen de excepción frente al derecho penal ordinario que se le aplica al resto de los ciudadanos. Entiendo que el delito de delincuencia organizada es un régimen de excepción que ha sobrepasado los límites de la constitucionalidad con tal de defender la figura del arraigo, otrora considerada inconstitucional. En aquel post también se citaba a Hobbes, para quien el enemigo es el individuo que incurre en el delito de alta traición, por el que renuncia a la sumisión y obediencia al soberano y vuelve al estado de naturaleza. Entonces es lícito privarle de la seguridad, vida y propiedades. José Gilherme Melchior, en su obra “Liberalismo viejo y nuevo”, describe como en el desorden que reinaba en Inglaterra en 1640 Hobbes se da cuenta que el principio del orden no derivaba ni de la naturaleza ni de la Gracia.
En la entrada anterior comentaba las confusiones que me provocaba el término “ontología” para comprender el texto de Beuchot. Por recomendación de un tuit de Gabriel Quadri, el fallido candidato presidencial del Partido Nueva Alianza, compré el libro Genealogía de la Soberbia Intelectual, en el cual, Enrique Serna describe “la proclividad de las elites a monopolizar el conocimiento…”
En los institutos científicos, en los cenáculos académicos, en los círculos artísticos y literarios sigue habiendo mucha gente obstinada en exagerar la complejidad de sus disciplinas para crear feudos impenetrables.
Rolando Tamayo y Salmorán, en su obra JURIS PRUDENTIA: MORE GEOMETRICO. Dogmática, teoría y meta teoría jurídicas, define la moral como “pautas de conducta establecidas por conductas humanas”. Por lo tanto, no habla de una sola y monolítica moral, sino de distintas morales; la ateniense por los atenienses, la persa por los persas, etcétera. Como regula la conducta externa, reconoce que es falaz el argumento que prescribe que el derecho regula la conducta externa y la moral, la interna.