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De die in diem

Retórica

Javier Hervada en su obra “¿Qué es el derecho?” asegura que en las facultades de derecho no se enseña a ser abogado porque en sus planes de estudio la dialéctica y la retórica están ausentes y las considera imprescindibles para el abogado. Óscar Correas en su aportación a la obra “Normas, razones y derechos” explica la relación entre la Razón-Logos y la retórica; que busca “mover las pasiones de los oyentes y hacerlos inclinar por una u otra de las soluciones posibles a alguna pregunta”. Correas dice que la palabra Razón proviene de la palabra latina Ratio que se traduce como Logos en griego. Otra acepción de la palabra Logos es discurso, pero Correas aclara que no cualquier discurso, sino aquel que sigue las reglas de la lógica. De tal forma que hay un discurso lógico y un discurso ilógico. La retórica es un tipo de discurso que puede o no utilizar la lógica. La retórica, contraria a la episteme, no busca la verdad sino convencer al auditorio. Se usaba, dice Correas, en el discurso judicial o forense y en el discurso político o parlamentario. Correas cita a Platón que a su vez cita al que lleva el nombre de su obra Gorgias para quien la retórica era el arte de convencer a los ciudadanos en los tribunales o asamblea, pero en lugar de afirmar que es el arte de la política por excelencia, Platón dice que lo es, pero de la demagogia; pues era el arma que habían utilizado para conducir a Atenas a la ruina. Platón distingue entre el saber (mathesis) y la creencia (pistis), y cuestiona a Gorgias sobre el ámbito en que se encuentra la retórica y contesta que en la creencia, no sin antes distinguir entre la falsa creencia (pseudes)y la creencia verdadera (alethes). Sócrates concluye que la retórica es productora de una persuación que hacer creer, pero no persuade sobre lo justo y lo injusto. Correas agrega que la retórica persuade, pero no transmite episteme . La episteme está dirigida al logos-mente y la retórica, a las pasiones. Platón afirma que la episteme se transmite de logos a logos, y lo que no es ciencia no se puede enseñar. Aunque Gorgias y los sofistas “enseñan” retórica, Platón afirma que eso no es enseñanza sino adiestramiento. Correas cita a Sócrates para quien la retórica tiene un gran poder que puede ser utilizado en contra de la verdad y los políticos la han usado en contra de la justicia, pero no es correcto desterrar a la retórica sino a quien hace mal uso de ella. Gorgias afirma que para hablar de lo justo el orador debe saber qué es lo justo, pero Sócrates responde que si la retórica puede ser utilizada para cometer injusticias, entonces no resulta lógico que quien conoce lo justo busque la injusticia. Sócrates discute con el joven Polo, a quien dice que la retórica sirve a los injustos para librarlos del castigo, pues es preferible sufrir una injusticia que cometerla, así que quien usa la retórica busca evadir el sagrado mandamiento que dice que quien comete una injusticia debe someterse a un castigo. Para Sócrates, nos dice Correas, la retórica no es un arte, es un ejercicio que busca causar agrado y placer, una empeiría. Para Hervada el arte de saber lo justo y lo injusto es el derecho. Dice que fueron los romanos quienes definieron el arte del derecho como la ciencia de lo justo y de lo injusto. ¿Y qué es lo justo? Pareciera que Hervada retoma la definición del jurista Ulpiano: “Iustitia est constans et perpetua voluntas ius suum cuique tribuendi” (La justicia es la constante y perpetua voluntad de dar a cada uno su derecho) o de dar a cada uno lo suyo. Hervada cita a Dante para quien si la justicia se guarda, la sociedad se conserva, si la justicia se desprecia, la sociedad se corrompe. Por lo que no debe extrañarnos la conclusión de Correas:

Primum vivere deinde philosophari

En letras libres leí el artículo titulado “Cómo se hacen las ideas filosóficas” de Fernando Savater y tal vez influido por las críticas que tildan a Savater de escritor de libros de autoayuda busqué en la red y encontré en el sitio de Horacio Potel el artículo titulado “Hegel, muerte y sacrificio” de Georges Bataille. Savater argumenta que la pregunta filosófica está a medio camino entre la pregunta científica ¿qué es? y la pregunta poética ¿qué significa? La pregunta de la ciencia se cancela, la pregunta de la filosofía nunca se cancela. Dice Savater que en filosofía se piensa para entrar en duda y no para salir de ellas. Prefiero la explicación de Thomas A. Szlezák para quien la filosofía está a medio camino entre la sabiduría y la ignorancia, entre sophia y amathia. Eros nunca posee a sophia, a la sabiduría, sólo a la philosofia que es el amor a la sabiduría, como la liebre que se persigue y nunca se atrapa. El artículo de Savater me hizo pensar que nos concebimos inmortales porque compartimos con Dios -o con los dioses- eso que Spinoza llamó sustancia y es la única que podemos concebir. La sustancia es entendida por sí misma, sin necesidad de incluir concepto alguno distinto a ella. Dios es un ser absolutamente infinito, una sustancia con infinitos atributos, los cuales expresan una esencia eterna e infinita. Georges Bataille explica que para Hegel el hombre es un ser dialéctico; tiene de natural lo animal y de antinatural la conciencia, el “Yo personal puro”. Hegel afirma que “El animal muere. Pero la muerte del animal es el devenir de la conciencia”. El hombre está en la Naturaleza, pero la niega destruyéndola. Bataille dice:

Ilegalidad electoral

Miguel Carbonell explica en el artículo titulado “Verborrea e incultura constitucional” de la revista Nexos que los mexicanos llevamos tanto tiempo en una “zona de penumbra” respecto al Estado de derecho que pensamos que las leyes no siempre deben cumplirse. Y tal es el caso que en Morelos los candidatos de la izquierda han decidido ponerse de acuerdo para violar tumultariamente la ley. Varios candidatos se han registrado por diversos partidos políticos para contender al mismo puesto de elección popular sin mediar acuerdo de coalición o candidatura común. El artículo 196 del Código Electoral para el Estado libre y soberano de Morelos establece que:

El dinosaurio que llevamos dentro

No recuerdo dónde leí sobre el dinosaurio que llevamos dentro, pero Michel Focault decía que las palabras traen consigo una serie de reglas. El “tapado” y el “dedazo” contienen las reglas no escritas del sistema. Durante la transición a la democracia ese sistema de reglas permaneció latente, oculto, aparentemente inactivo, reprimido, pero activo. Es el dinosaurio que llevamos dentro. Ayer Javier Lozano Alarcón, exsecretario del trabajo y candidato al Senado, titula “Es Ernesto” su columna del diario El Universal en clara referencia a que Cordero es el “tapado” o favorito del Presidente Calderón. Ayer también vi la entrevista que Roberto Rock hizo a Manuel Clouthier, hijo del Maquío. Clouthier afirma que Josefina Vázquez Mota es la candidata oficial y que Ernesto Cordero tan sólo es un señuelo, para evitar darle el “beso del diablo” a Josefina. Felipe Calderón, conocedor de los panistas, sabe que si Josefina se presenta como “la candidata oficial” los panistas la rechazarían. Y envía a Cordero al sacrificio para salvarla. (¿Dónde he escuchado eso de que él se sacrifico para salvarnos?) Bajo esta perspectiva, Felipe Calderón emularía al maquiavélico expresidente Carlos Salinas de Gortari que con su dedo flamígero señaló a Luis Donaldo Colosio como candidato del PRI a la presidencia de la República y a Ernesto Zedillo como coordinador de la campaña presidencial. El presidente panista de costumbres priístas ha nominado a Josefina Vázquez Mota a la presidencia de la República y a su secretario particular, Roberto Gil Zuarth, como coordinador de campaña. Clouthier nos recuerda que Josefina Vázquez Mota fue la coordinadora de la campaña presidencial de Felipe de Jesús Calderón Hinojosa. Yo no entendía porqué Arne aus den Ruthen decía que el PAN actual es el nuevo PRI, pero él tampoco entendía porqué habían nombrado a Gil Zuarth como coordinador de campaña en lugar de Carlos Medina Plascencia. Gracias a Manuel Clouthier entiendo que el verdadero candidato opositor es Santiago Creel y que, tristemente, va a perder.

Dignidad

En su última aportación a la revista Foreign Policy, Francis Fukuyama escribe un artículo titulado “The Drive for Dignity”. Fukuyama retoma el incidente de Mohamed Bouazizi a quien la policía confiscó su carrito en el que vendía fruta. Fue humillado por una mujer policía y cuando reclamó fue ignorado. El tunecino se prendió fuego y encendió la primavera árabe. Fukuyama se cuestiona la razón por la que este acto provocó tan desmesurada respuesta, y encuentra la razón en la dignidad, o la falta de ésta, en el sentimiento de valor o de autoestima. Pero Fukuyama argumenta que la dignidad no es sentida a menos que sea reconocida por los demás y, por lo tanto, es social, y de hecho; un fenómeno político. Los regímenes autoritarios, dice Fukuyama, tienen muchas fallas; pueden ser corruptos, manipuladores o en términos económicos un obstáculo para el crecimiento, pero su mayor debilidad es moral; no reconocen la dignidad básica de sus ciudadanos y si pueden, y de hecho lo hacen, tratan a la gente ordinaria con la mayor indiferencia y desprecio. Para Fukuyama la dignidad es la base de la política en todas partes, una de las banderas del feminismo; “igual pago a igual trabajo” trata menos del salario y más del salario como una forma de crear respeto en la sociedad. El matrimonio entre personas del mismo sexo busca el reconocimiento de igualdad en la diginidad de los matrimonios heterosexuales y homosexuales. Por alguna extraña razón, relacioné este tema con uno de los principios ideológicos del PAN; la eminente dignidad de la persona humana y la paradójica oposición del Partido a todo lo que suene a homosexual; matrimonio, adopción, etcétera. Aunque para algunos panistas sea confuso, el lema del PAN es muy claro; “Por una patria ordenada y generosa y una vida mejor y más digna para TODOS”. Fukuyama cita al filósofo Georg W.F. Hegel para quien toda la historia de la humanidad puede ser vista como una lucha por el reconocimiento y que todo el orden moderno, liberal y democrático representa el triunfo del reconocimiento de igualdad sobre las relaciones de servidumbre, y para el caso de México; de la encomienda. Aunque en México el racísmo es atípico y sólo se observa en los agentes del Instituto Nacional de Migración que detienen a cuanto negro se encuentran en la calle, no se explica la reacción e indignación que causó la golpiza que Moisés Sacal Smecke propinó a Hugo Enrique Vega sin el clasismo, o a lo que Carlos Bravo Regidor llamó “estado de derechismo” y que atribuye inmerecidamente a este sexenio. Lo que me pareció acorde con el fenómeno del clasismo es su perspectiva del “estado de derechismo” como “una visión que asume la legalidad menos como un valor para crear ciudadanía que como un instrumento punitivo de clase.” Y es que en opinión de Carlos Bravo Regidor no es lo mismo una protesta de comerciantes ambulantes que son considerados una mafia que una protesta de asociaciones vecinales que toman las calles como modelo de sociedad civil organizada. Desde el punto de vista del derecho tiene otros efectos igualmente indeseables:

Particeps criminis

El 24 de diciembre hubo una balacera en Cuernavaca como consecuencia de un “levantón” -así lo narran los medios- de jóvenes en un campo de fútbol. Las notas periodísticas indican que en la refriega murieron la policía municipal Edén Campuzano Cruz y tres sicarios, dos de ellos policías de Guerrero. Ayer escuchaba la entrevista de radio que Gina Batista hizo a la madre del “levantado” Alan Israel Cerón Moreno y a su abogado Miguel Ángel Rosete. Aparentemente el “levantado” en Cuernavaca escapó de sus captores dos días después en Chilpancingo, Guerrero. Se presentó ante el ministerio público a solicitar su auxilio y todo indica que este servidor público lo desapareció otra vez. Cito la declaración hecha al Diario de Morelos:

La cultura como instrumento en contra de la violencia.

En el libro Hacia una cultura de la legalidad, Leoluca Orlando comenta su experiencia como alcade de Palermo en la recuperación de los espacios públicos de la mafia siciliana. En 1999 se llevó a cabo en el Teatro Massimo, lugar en el que se reunía la mafia para jugar cartas y acordar con políticos y reporteros, la Conferencia Internacional de CIVITAS, una organización internacional dedicada a promover la educación cívica y los valores de la libertad.

Cadena perpetua

Ernesto Cordero, precandidato del PAN a la presidencia de la República, en este artículo del diario El Universal ofrece cadena perpetua a criminales reincidentes con nulas posibilidades de reinserción social -hay que explicarle al precandidato que en México están previstos los delitos, pero no los crímenes- y recuerdo haber visto otro artículo periodístico donde Ernesto Cordero ofrecía cadena perpetua para los feminicidas. La fracción del PAN en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal había solicitado prisión vitalicia para plagiarios, y en el Estado de México para violadores. Pero, ¿es buena medida la cadena perpetua? En Colombia se rechazó el proyecto de cadena perpetua para violadores de niños porque va en contradicción con la condición de la dignidad humana y porque las penas deben ser “resocializadoras” y no vengativas. Hasta donde sabía, uno de los pilares ideológicos del PAN era el principio de la eminente dignidad de la persona humana, valga la redundancia, si es que hay humanos que no sean personas. En 1764 Cesare Beccaria da a la imprenta de forma anónima su obra De los delitos y de las penas. En el capítulo 27 titulado “De la dulzura de las penas” explica que no es la severidad de las penas, como la cadena perpetua, sino la infabilidad de ellas, la que desincentiva o desmotiva a los delincuentes.

Dulce bellum inexpertis

El propósito de este post era otro, iba a escribir un comentario sobre la lectura de “Constitucionalismo, globalización y derecho” de Manuel Atienza, pero encontré una reflexión de Luigi Ferrajoli en el artículo “Derecho y Democracia en el pensamiento de Norberto Bobbio” publicado en Doxa No. 28 (2005). Luigi Ferrajoli menciona los nexos que Bobbio establece entre democracia y derecho, derecho y razón, y razón y paz. En la primera relación, se puede tener derecho sin democracia, pero no al revés. La democracia es un conjunto de reglas que aseguran el poder de la mayoría a la vez que garantizan la paz, la igualdad y los derechos humanos. De la misma forma en que la democracia es una construcción jurídica, el derecho es una construcción racional. La paz, al igual que el derecho, es una creación artificial. La inclinación natural del hombre es a la guerra; y para evitarla, Bobbio cita a Hobbes, el hombre crea al Estado; “precisamente porque satisface una exigencia elemental del hombre, son los hombres mismos quienes lo quieren y le dan vida mediante un acuerdo recíproco.” Bobbio se pregunta cómo se construye y garantiza la paz, y responde;

In dubio pro idiota

En la Feria Internacional del Libro cuestionaron a Enrique Peña Nieto sobre los tres libros que habían marcado su vida. El candidato del PRI citó la Biblia, y luego dijo que leyó algo que por su vocación política alimentaba su espíritu; “La silla del águila, de Krauze”. Para Jesús Silva-Herzog Márquez el problema no fue que Peña Nieto errara al citar la obra de Carlos Fuentes, sino que sus asesores no anticiparon la pregunta “y dejaron al producto vacío”. Su mayor debilidad, según Silva-Herzog, lo imprevisto. No se aparta del libreto. Álvaro Delgado da cuenta de la anécdota de Manuel Espino, quien al regalar a Peña Nieto su libro Señal de alerta, este último confesó que no le gustaba leer y que daría el libro a sus asesores para que le prepararan tarjetas con lo más importante. Si los asesores hacen el trabajo intelectual, ¿qué hace Peña Nieto? Actúa. El penoso intento de Televisa por defender a Peña Nieto puso en evidencia la autoría del producto. Vicente Fox llegó a ser Presidente porque se vendió como producto y también fue un producto vacío. Carlos Loret denunció la guerra sucia en contra de la mayor producción de Televisa, un reality que abarca el asalto televisado al poder. Loret implicó que “alguien” utiliza un mensaje del novio de Paulina Peña Pretelin, reenviado por ella, para atacar al candidato. A través del citado mensaje, la hija de Peña Nieto mandó “un saludo a toda la bola de pendejos, que forman parte de la prole y solo critican a quien envidian!…” (sic). En la columna Loret también sospechó de una campaña orquestada y financiada por “alguien” y quienes escriben sobre el asunto sólo podrían hacerlo por encargo (así como yo, por encargo de pepe “el grillo”). En el programa televisivo Tercer Grado, Adela Micha consideró que no es importante que el candidato lea. ¿Y la campaña institucional a favor de la lectura? Arturo Aguirre publicó en su muro de Facebook un artículo del blog Opinionator y que publica The New York Times. El autor del blog, Gary Gutting, da un interesante punto de vista sobre la relación entre los intelectuales y los políticos. Los intelectuales señalan lo que se tiene que saber; cómo funciona la naturaleza y la sociedad, qué ocurrió en el pasado, cómo elaborar conceptos y cómo apreciar el arte y la literatura. Gutting considera que el norteamericano desconfía de los intelectuales y no los considera apropiados para el poder. De tal forma que los políticos no necesitan convertirse en intelectuales, pero sí llevar vidas intelectuales. Los políticos necesitan conocer los conceptos de la economía para poder comunicarse con los economistas. El sentido común es útil para resolver los problemas de la vida diaria, pero inútil cuando se trata de dar respuesta a los complejos problemas de la sociedad. Entonces, los líderes deben ser inteligentes consumidores de opiniones expertas. Roberto Calasso cita a Stendhal, el mayor cronista de Napoleón. Talleyrand tenía una casa entre el río Sena y el Bois de Boulogne, un parque al que sólo se iba a pasear. Talleyrand convenció a Napoleón de cazar jabalíes en el Bois de Boulogne y envió al criado a comprar dos cerdos negros y a soltarlos en el parque. Napoleón pasó horas persiguiendo al cerdo y el criado, a punto de ser descubierto, reveló que se trataba de un cerdo y no de un jabalí. Napoleón regresó montado en cólera. Aún así, Talleyrand persuadió a Napoleón de probar suerte con los conejos y de nueva cuenta mandó al criado a conseguir cincuenta conejos al mercado y a soltarlos en el parque. Cuando Napoleón llevaba treinta conejos cazados, el criado confesó que se trataba de conejos mansos y no silvestres. Napoleón tardó más de seis meses en reconciliarse con Tayllerand y amenazó a éste en caso de ocurrírsele contar tan peculiar anécdota. De la misma forma en que Napoleón aparentó pasar por experimentado cazador, Enrique Peña Nieto quiso pasar por intelectual. Talleyrand debió haber llorado de la risa a costa de Napoleón. En el Twitter leí que @EPN es uno de esos tontos que ha escrito más libros de los que ha leído.