
De die in diem
El sábado en la clase del doctorado en derecho, el doctor Juan de Dios González Ibarra nos cuestionaba sobre los números perfectos y aseguraba que para Pitágoras el 4 era un número perfecto por los puntos en un triángulo. A pesar de haber leído el Código da Vinci, no quise contradecir al doctor González por respeto y porque la novela de Dan Brown no es precisamente una fuente confiable. Sin embargo, investigué la cuestión y encontré la obra Pitágoras y su teorema de Paul Strathern. En ella, Strathem explica que Pitágoras escogió dos clases de números perfectos; el primer grupo fue de capricho y el segundo grupo tiene un fundamento matemático. En el primer grupo de números perfectos colocó al diez y fue la base del sistema decimal. El argumento era tautológico porque si basaramos el sistema en el 60, como los babilonios, tales números pasarían a ser perfectos a su vez. Otra razón tuvo que ver con la tetractis o la pirámide que se forma con los números 1, 2, 3 y 4, que sumados dan 10 como resultado.
Alf Ross en On law and Justice explica que la mayoría de los autores no podía explicar la validez del derecho sin recurrir a la metafísica; para ellos el derecho era más que un fenómeno empírico. Cuando Ross dice que una regla de derecho es válida no sólo se refiere a algo factual, que puede ser observado, sino también a la validez de carácter metafísico.
No pude evitar establecer un paralelísmo entre el ejemplo del marciano de H.L.A. Hart y el ejemplo de la norma de ajedrez de Ross, aunque el primero publicó su obra The Concept of Law en 1965 y el segundo publicó la obra mencionada al incio en 1959, es decir; el más complejo ejemplo del ajedrez es anterior al simple ejemplo del marciano. ¿En qué se parecen? Bueno, cito a Eduardo García Máynez en la obra Positivismo jurídico, realismo sociológico y iusnaturalismo:
El 9 de enero salió publicado un artículo titulado PAN: más allá del liberalismo en el suplemento dominical Enfoque del diario Reforma. Los autores, Alejandro Landero Gutiérrez y Fernando Rodríguez Doval, critican a Germán Martínez Cázares por pretender rescatar o instaurar la tradición liberal en el PAN. Con toda razón Landero y Rodríguez dicen que el PAN no es liberal, que si bien se fundó uniendo algunos principios liberales, en realidad se templó en el pensamiento socialcristiano más avanzado de su tiempo -que para mis contemporáneos resulta arcaico-.
Cuando Norberto Bobbio clasifica las formas de gobierno en su obra Estado, gobierno y sociedad, enuncia la tipología clásica de Aristóteles:
Se remonta a la Política de Aristóteles, en particular a los libros III y IV, el éxito extraordinario de la clasificación de las constituciones con base en el número de gobernantes: monarquía o gobierno de uno, aristocracia o gobierno de pocos y democracia o gobierno de muchos, con la consecuente duplicación de las formas corruptas, por lo que la monarquía degenera en tiranía, la aristocracia en oligarquía, la πολιτεια (que es el nombre que Aristóteles le asigna a la forma buena de gobierno de muchos) en democracia."
Mario Vargas Llosa en Gabriel García Márquez: Historia de un deicidio cuenta cómo para García Márquez la mentira era más bella que la verdad, y prefería la primera:
Quien ha leído mis libros encuentra que el Duque de Malborough perdió la guerra civil en Colombia, como ayudante del coronel Aureliano Buendía. Y la realidad de esto es que, cuando yo era chico, cantaba la canción que cantamos todos los niños: “Mambrú se fue a la guerra”, ¿verdad? Yo le pregunté a mi abuela quién era ese Mambrú y a qué guerra se había ido, y mi abuela que, evidentemente, no tenía la menor idea, me contestó que este era un señor que peleaba con mi abuelo en la guerra…Más tarde cuando yo me di cuenta que Mambrú era el Duque de Malborough, pues lo mejor era lo que decía mi abuela, y yo lo fui dejando así."
Según Uberto Scarpelli la validez es una categoría fundamental del pensamiento jurídico y a partir de la cual se seleccionan los propios datos. Para explicar el significado de lo anterior, Scarpelli retoma un ejemplo de H.L.A. Hart quien introduce las nociones de observador externo y observador interno. El observador externo sería, por ejemplo; un marciano que observa un semáforo. El marciano puede inducir que en un crucero cuando se pone la luz verde los coches avanzan y cuando cambia la luz a rojo los coches se detienen, incluso podría predecir que cuando se ponga de nuevo en verde los coches avanzarán. El punto de vista del observador externo es descriptivo y no comprende los conceptos de norma, permiso y prohibición.
Al releer el apunte de Martha Prieto Valdés citado en el post anterior, se advierte que la eficacia de la norma sobreviene de su contacto con la realidad y depende del cumplimiento de los objetivos de la misma norma. Si la norma procura los efectos deseados será eficaz. El origen del equívoco está en la relación entre los conceptos de vigencia y validez. Para evitar proposiciones del tipo: “entró en vigor pero no es vigente” o “es vigente en un sentido, pero no lo es en otro”, se debe suprimir el vínculo entre vigencia y validez. García Máynez postula que de forma necesaria para que la norma sea vigente debe ser válida. Pero si se elimina esta relación o si se restringe el sentido de vigencia, la norma jurídica bien puede ser vigente e inválida, ya sea que adolezca de una invalidez formal o material. En el caso mencionado en el post anterior, la Ley de Participación Ciudadana del Estado de Morelos no es coercible porque al Poder Ejecutivo no le apetece promulgar el decreto que incluya el reglamento de ley. En este caso se estaría ante una invalidez formal, entonces si sería, como dice el doctor Escobedo, vigente pero inválida. La Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia para el Estado de Morelos, por ejemplo, entró en vigor el 6 de diciembre de 2007. Sin embargo, el Decreto por el que se Integra el Sistema Estatal para Prevenir, Atender, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres entró en vigor casi un mes después; el 3 de enero de 2008. No se da la vacatio legis que se describió en el post anterior, sino un periodo en el que la norma es vigente pero inválida. Ahora, la norma jurídica en comento sería eficaz si lograra erradicar la violencia contra las mujeres y si las víctimas contaran con los apoyos intitucionales que la ley prescribe, que podrían no realizarse por falta de voluntad política o de presupuesto, o porque de forma simple y llana los órganos del Estado no se sientan obligados por la coercibilidad de la norma o no reconozcan la coatividad de la misma norma y no se sancione a los infractores. En conclusión, si se restinge el sentido de vigencia y se acepta que las normas puedan ser vigentes y al mismo tiempo inválidas, le doy toda la razón al doctor Escobedo.
En un seminario sobre transparencia y rendición de cuentas con el doctor Juan Francisco Escobedo, yo argumentaba que la Ley de Participación Ciudadana del Estado de Morelos era vigente, pero no eficaz. El doctor corrigió el término de eficacia por el de validez. El problema radica en que la citada ley entró en vigor el primero de enero de 2001 y todavía no es eficaz. En la obra Positivismo jurídico, realismo sociológico y iusnaturalismo, Eduardo García Máynez explica que el tema de la vigencia está relacionado con la noción de validez y que hace falta distinguir entre validez formal y validez material.
El diccionario de la Real Academia Española define deicidio como el crimen del deicida, y por deicida se dice a los que dieron muerte a Jesucristo. La definición del criticado wikipedia se aproxima más a la idea del deicidio: “es una expresión que hace referencia al acto de matar a un dios o una divinidad.”
Para Nietzsche, todos somos deicidas; “Dios ha muerto. Dios sigue muerto. Y nosotros lo hemos matado.” Las interpretaciones de su dicho son de lo más variadas; que si se refería a la muerte de las ciudades-estado, que si a la muerte del Dios colectivo, que si a la imposibilidad de mantener valores absolutos sin una moralidad universal, etcétera. Del mismo modo que Umberto Eco critica a los cristianos que no pueden comprender una moralidad sin religión; los ateos serían todos amorales.
Mi amigo Gerardo Becerra publicó en su blog El Jabonero una entrada sobre Tetela del Volcán en la que se podía leer lo siguiente:
Como profecía de lo que aquí escribimos hace un mes y medio en ésta columna, es lo que se acaba de vivir en Tétela del Volcán, en las faldas del volcán Popocatépetl la semana pasada. Una población pintoresca, trabajadora, dedicada a la agricultura, pero harta de tanta iniquidad…"